Aprueban cacería de Ballenas Jorobadas

La mas reciente reunión de la Comisión Ballenera Internacional acaba de autorizar la cacería de ballenas jorobadas a Groenlandia.

Esta comprobado científicamente que las ballenas jorobadas que se alimentan en los meses cálidos en las costas del Groenlandia, son las mismas que visitan en el invierno boreal las costas dominicanas.

En la República Dominicana las ballenas jorobadas están protegidas y las aguas que estas visitan han sido declaradas como Santuario de Mamíferos Marinos, con unos cincuenta mil kilómetros cuadrados, incluyendo los bancos de La Plata y la Navidad y la zona de la Bahía de Samaná.

Con la decisión de la Comisión Internacional Ballenera, en su 62va reunión celebrada en Agadir, se autoriza a Groenlandia matar las ballenas que nosotros contribuimos a conservar.

La decisión fue enfrentada y encontró el voto contrario, entre otros, de los países del grupo de Buenos Aires, que representa a casi todos los países de América Latina, pero entre los votos contrarios no estaba el de los representantes de la República Dominicana.

Desde el año 2009, por una saludable iniciativa del gobierno, la República Dominicana pasó a ser miembro de pleno derecho, con voz y voto, en la Comisión Internacional Ballenera y su presencia fue importante en la última reunión del Grupo Latinoamericano.

Pero en el momento decisivo, cuando su presencia era verdaderamente importante, ningún representante oficial participó en la reunión que adoptó la mortal decisión contra las ballenas jorobadas.

Nuestro país se ha ganado un papel de respeto a nivel internacional, entre países y grupos defensores de la vida silvestre y el medio ambiente, por sus medidas a favor de la conservación de estos enormes cetáceos que pueblan el Atlántico Norte.

Se le reconoce al país su contribución en el aprovechamiento no letal de esos increíbles seres que son las ballenas jorobadas, mediante la observación regulada durante los meses que pernoctan en nuestras aguas. También por las investigaciones que sobre la distribución, migración, genética y hábitos de estos gigantes marinos se han venido realizando en el país.

Miles de familias de Puerto Plata, Samaná, Sabana de la Mar y otros lugares próximos, reciben ingresos gracias a la actividad turística que genera la observación de ballenas. Durante la época de observación de ballenas que va de diciembre a marzo de cada año, la economía de la zona se dinamiza considerablemente.

Al menos las organizaciones ambientalistas dominicanas hicieron acto de presencia y sumaron sus voces de condena contra la criminal decisión. Pero esa participación no fue suficiente para lavar la vergüenza de la ausencia oficial, que se interpreta en esos eventos como una forma irresponsable de eludir responsabilidades o de votar a favor de la matanza de esos seres inofensivos.

Los dominicanos merecemos una explicación de la sospechosa ausencia de los delegados oficiales a tan crucial evento.

Latinoamérica reclama una explicación.

Nuestra condición de liderazgo reconocido en materia de conservación de las ballenas jorobadas nos obliga a ser transparentes y decididos en nuestro rol.

La ausencia de la delegación oficial dominicana no tiene justificación alguna. Mucho menos en un país donde los viajes oficialistas costosísimos e innecesarios están a la orden del día.

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