En su reciente entrevista televisiva con Oprah Winfrey, Lady
Gaga, acompañada por su madre, la señora Germanotta, nos mostró su imagen más
modosita: sin exceso de maquillaje, vestida con un trajecito muy mono y
diciendo cosas bastante razonables.
Muchos pensaron que quizá a la polémica cantante le estaba entrando el juicio,
pero nada más lejos de la realidad. Ella es y seguirá siendo la reina de la
extravagancia, y, como ejemplo, su boda.
Todos sabrán ya que Lady Gaga tiene previsto casarse con el actor Taylor
Kinney y todo indica que el enlace va a ser un fiel reflejo de la personalidad
de la novia: excesiva y extraña.
Primer detalle: la ceremonia va a celebrarse en la intimidad,
concretamente, en la intimidad de 18.000 invitados. Y segundo detalle: la
cantante quiere que su marido y ella pasen la noche de bodas en habitaciones
separadas.
Y, ahora, nosotros nos preguntamos: ¿Dónde va a celebrar esta mujer la
boda? ¿En un campo de fútbol? Y en el aspecto amoroso, ¿consumará el matrimonio
virtualmente vía iPad?
Hoymujer.com
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